Vamos a realizar un parón en nuestras tareas del huerto y vamos a reflexionar sobre porque hemos elegido esta actividad y que beneficios y preceptos de la agricultura ecológica en contraposición a otras formas más insostenibles de cultivar la tierra.
Cultivar alimentos nosotros mismos y concretamente, cultivarlos de una manera ecológica, va a tener efectos positivos en nuestra alimentación y conoceremos el proceso que llevó el producto. Serán alimentos con una gran calidad nutritiva, conservarán proteínas, vitaminas, etc. ya que van de la tierra al plato directamente y porque eliminaremos los productos tóxicos de nuestros alimentos. La agricultura tradicional química o industrial promueve el uso indiscriminado de fertilizantes y productos químicos, en cambio la agroecología
prohíbe el uso de plaguicidas y herbicidas. Utiliza un control ecológico de plagas y enfermedades, técnicas como la asociación de cultivos, utilización de variedades locales adaptadas, uso de fertilización orgánica… Fomentaremos el consumo de frutas y verduras en el hogar al cultivarlas en nuestro propio jardín y con nuestras manos y esfuerzo.
También aportaremos nuestro granito de arena en la reducción del gasto energético. Realizaremos una utilización responsable y sostenible de los recursos naturales y al eliminar la utilización de productos químicos tampoco contaminaremos el medio ambiente.
Ahorraremos en la cesta de la compra, consumiendo nuestras propias hortalizas. Además la horticultura es una actividad que potencia emprendimientos familiares. Quién sabe si, con el tiempo, podremos vender nuestros productos a algún comercio o consumidor local…
No olvidaremos los beneficios personales que esta actividad nos puede aportar al ser un espacio de recreación y trabajo; al manipular la tierra y estar en contacto con la naturaleza, será una fuente de canalización de estrés y otros problemas.